Draghi apuesta por el europeísmo y las reformas para Italia

17 de fevrero de 2021

 

Draghi apuesta por el europeísmo y las reformas para Italia

(Fuente: Financial Times. Editorial del 17.2.2021. Traducción del inglés por B.Torres)

Camillo Cavour, el estadista piamontés que ayudó a fundar la Italia moderna, dijo en 1850: “Reformas logradas a tiempo, en lugar de debilitar la autoridad, la fortalecen”. Mario Draghi, el nuevo primer ministro de Italia, citó la observación de Cavour al establecer una agenda rica en reformas el miércoles para para hacer frente a la emergencia sanitaria y económica de su país.

Draghi necesitará todo el coraje y la capacidad de liderazgo de Cavour, así como un alto sentido de responsabilidad por parte de las clases políticas italianas, si quiere superar una crisis que describió correctamente como la más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, nadie está mejor equipado para esta tarea que el ex presidente del Banco Central Europeo. En temperamento, experiencia y conocimiento de los obstáculos que han obstaculizado la reforma italiana durante décadas, es el hombre adecuado para el trabajo.

Draghi, además, quiere acelerar el plan de vacunación, que este lunes comenzó con los mayores de 80 años. Italia es el segundo país de Europa en ritmo de administración de las vacunas. Pero el nuevo primer ministro quiere establecer una plataforma única en todo el país y tratar de establecer un punto de producción de vacunas en Italia. El objetivo es llegar a 300.000 vacunaciones al día. Todo ello a la espera de la primera vacuna italiana (Reithera), que podría llegar en junio.

Para ello, prometió movilizar a las fuerzas armadas, voluntarios civiles y las unidades de protección civil que manejan desastres naturales y provocados por el hombre. La organización de vacunaciones masivas ha sido el punto más débil de la gestión de crisis pandémica de la UE. Draghi sabe que, a menos que este problema reciba una solución urgente, el euroescepticismo popular italiano, menguando a medida que la crisis de refugiados y migrantes del Mediterráneo se aleja de la vista, puede volver con fuerza.

Debido al respeto que se le tiene en el escenario europeo, puede mejorar el manejo de la UE de la pandemia y sus consecuencias económicas. Sin embargo, será vital para Italia que Draghi sirva al menos dos años en el cargo de primer ministro, hasta las próximas elecciones programadas en 2023, y no se mueva el próximo año al prestigioso pero menos importante puesto de jefe de estado. En su discurso ante el Senado de Italia, la cámara alta del parlamento, Draghi declaró que la prioridad de su gobierno es implementar un programa nacional de vacunación rápido y eficiente.

Como sugiere este ejemplo, el éxito del gobierno de Draghi dependerá en parte de que la UE actúe en conjunto. Sin embargo, la reactivación económica de Italia después de la pandemia estará más vinculada a las decisiones que se tomen en Roma y su implementación efectiva en todo el país. La cuestión central es cómo aprovechar al máximo los 210.000 millones de euros disponibles para Italia en el marco del plan de recuperación de préstamos y subvenciones de la UE. El discurso de Draghi tocó las notas correctas, centrándose en las mejoras de la administración pública, el sistema judicial y educativo, así como en la digitalización de la economía, la innovación empresarial y las energías renovables.

Fundamentalmente, identificó la necesidad de cerrar las brechas salariales y fortalecer el sistema de bienestar, a fin de incorporar más mujeres a la fuerza laboral. También prometió medidas para mejorar la formación y las perspectivas profesionales de la generación más joven de Italia, una reforma fundamental, dado que un gran número de las personas más talentosas de Italia se han ido para buscar fortuna en el extranjero durante los últimos 20 años.

Algunos gobiernos de la UE se preocupan por la colosal deuda pública de Italia, estimada en casi el 160 por ciento del producto interno bruto. Pero los problemas subyacentes son la falta crónica de crecimiento económico, la baja productividad y la competencia nacional insuficiente, problemas relacionados con el instinto del Estado italiano de proteger a las empresas que tienen un rendimiento inferior pero que gozan de protección política. Draghi insinuó cambios por venir, advirtiendo que algunas formas de actividad económica “tendrán que cambiar, incluso radicalmente”.

Las reformas de Draghi son una oportunidad única en una generación para sentar las bases de un futuro mucho mejor para Italia. Es imperativo que los políticos pendencieros de Italia apoyen al primer ministro, no lo paralicen mientras maniobran para sacar ventaja antes de las próximas elecciones. Si no cumplen con su deber, Italia y la UE corren el riesgo de pagar un alto precio.