Inteligencia artificial y democracia; por Leopoldo Abad Alcalá (Catedrático de Derecho Constitucional Universidad CEU San Pablo).
El día 12 de marzo de 2024 se ha publicado, en el diario ABC, un artículo de Leopoldo Abad Alcalá, en el cual el autor opina que la monitorización en tiempo real de las redes sociales puede producir políticas proactivas de carácter reactivo que nos conducirían irremisiblemente a uno de los más perniciosos enemigos de la democracia: la dictadura de la opinión pública.
“IA Y DEMOCRACIA
Con el ‘boom’ que ha supuesto ChatGPT y otras inteligencias artificiales (IA) generativas, esta tecnología ha adquirido un protagonismo desmesurado. Se trata de una realidad que nos afecta de forma cotidiana: desde la selección de los ‘reels’ de Instagram al resultado de una búsqueda en Google; de los productos que nos ofrece Amazon a los amigos que nos propone Facebook; o los mensajes que nos aparecen en X, la publicidad que recibimos al navegar, las propuestas musicales en Spotify o las recomendaciones de Netflix.
El empleo de algoritmos por las empresas que gestionan estas plataformas tiene un efecto innegable para la democracia a través de la configuración de un nuevo espacio público, pues ostentan una posición central en el ecosistema mundial de la información, convirtiéndose en garantes, suministradores y actores claves en el ejercicio de las libertades de expresión e información en internet. Personalizan los resultados de cada búsqueda sobre la base de la ubicación del usuario, el historial de búsqueda personal, así como de la información extraída de las cuentas de correo electrónico y redes sociales a las que tenga acceso.
Esto último es el componente social de la personalización, e incluye aquello en lo que están interesados nuestros amigos. Si dos personas buscan el mismo término, obtendrán resultados diferentes. Dicha selección de contenidos realizada por algoritmos en función de nuestro perfil nos ofrece sólo una visión parcial de la realidad que afecta al pluralismo político, uno de los valores superiores del ordenamiento jurídico español como indica el art. 1.1. de la Constitución.
La realidad es que nos hayamos encerrados en nuestras autorreferenciales cámaras de eco que favorecen la polarización, el gran enemigo de la democracia deliberativa. La capacidad predictiva de la IA posibilitará además medir cualquier escenario social en función de los datos recabados de los ciudadanos sustituyendo las encuestas tradicionales, analizando masivamente reacciones a determinados hechos, extrayéndose patrones de conducta o sentimientos de cercanía o rechazo de forma casi instantánea. Esta monitorización en tiempo real de las redes sociales puede producir políticas proactivas de carácter reactivo (o monstruos como Cambridge Analytica) que nos conducirían irremisiblemente a uno de los más perniciosos enemigos de la democracia: la dictadura de la opinión pública”.”.
(Fonte: Diario del Derecho Iustel)
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